La Maleta

Soy profesor de Geografía e Historia y un apasionado de los viajes. Si quieres conocer el mundo, su historia y sus paisajes, debes coger tu maleta, no muy llena para poder traerte cosas y recuerdos, y salir a los caminos, aeropuertos, carreteras y lo que sea. Cualquier cosa menos quedarse en casa.
Con mi labor quiero transmitir mi pasión: conversando, escribiendo, colaborando en radio y lo que haga falta, porque adoro conocer cosas nuevas. Me enriquece. ¿Te apetece acompañarme? Conocerás lugares, curiosidades y los sitios que bajo mi criterio son imprescindibles y no os podéis perder ¿Hacemos la Maleta?

miércoles, 8 de junio de 2016

INNISFREE -el oeste de la isla Esmeralda- (IRLANDA)


Escucha el podcast de la sección de
 La Maleta de Txema en el programa "Las tardes con Marina" 
de CV Radio 94.5 FM haciendo click aquí en este enlace.


La Isla Esmeralda es un destino único e imprescindible para cualquier viajero. Por múltiples razones:
    Isla de Irlanda
  • Sus gentes: los irlandeses son un poco cerrados de entrada pero son gente despreocupada y de risa fácil. Grandes bebedores, especialmente de cerveza Guinness y de whisky, tienen un carácter un tanto pendenciero, pues no rehuyen una buena pelea. pero enseguida vuelve la calma y los contendientes acaban bebiendo cerveza juntos mientras cantan viejas canciones de taberna. El irlandés es fatalista, ácido e irónico. Es un país que ha sido maltratado por los avatares de la Historia, especialmente dos: los ingleses y el hambre.
  • Sus paisajes: lo de la Isla Esmeralda es un apodo bien atribuido, pues es verde por sus cuatro costados. es agreste, salvaje, onduladas colinas que se cortan a pico en acantilados de vertiginosa altura al llegar al mar. Un mar salvaje, agresivo. Un viento que azota el país con fuerza. No obstante Irlanda es "el país despeinado"
    Paisaje del Oeste de Irlanda con
     sus típicas ovejas de cara negra incluidas
  • Su música y su ocio nocturno: Como dice el dicho irlandés "en la taberna no llueve" y como es un país de mucha lluvia podéis imaginar que el irlandés se pasa el día en la taberna. Grandes bebedores, cuando los efluvios del alcohol se apoderan de ellos, comienzan los cantos comunes, los bailes, las interpretaciones a capella de las canciones tradicionales que hacen del pub irlandés un lugar donde encontrar la verdadera esencia del país. La música en vivo está omnipresente. Y por supuesto, todo acompañado de la sempiterna Guinness o de un buen whisky, el más conocido de los irlandeses es el Jameson. En Irlanda, el símbolo nacional es el arpa gaélica. Podéis imaginar que la música es muy importante para todos. Hay grandes grupos musicales muy conocidos como U2, Van Morrison, The Coors, Enya... Y los más antiguos pero muy presentes The Chifteins y The Dubliners.  Para el visitante, los pubs son parada obligatoria. Eso es bueno y es malo. Bueno porque es una forma de descubrir la esencia de Irlanda y de pasárselo bien. Malo porque se ha masificado y ha perdido parte de su autenticidad para pasar a ser un reclamo más en busca de clientes que se rasquen el bolsillo.
  • Su poesía y su literatura: un gran número de premios Nobel de Literatura entre los irlandeses, da a entender que es gente imaginativa y creativa, amantes del arte de la palabra. Grandes obras de la literatura de todos los tiempos y poemas que te hacen estremecer, son parte de su bagaje. Nombres como Shaw, Becket, Yeats, Joyce, Wilde, Swift o el más reciente Boyne, con obras sublimes como Ulises, Los viajes de Gulliver, El retrato de Dorian Grey, El niño del pijama de rayas, Dublineses, 
  • Sus leyendas y cultura celta: las fuentes de las que han bebido sus literatos y músicos son las raíces gaélico-celtas que impregnan la vida y la cultura de Irlanda. La lucha por la libertad y la independencia, la búsqueda de la belleza, el amor, lo desconocido, la presencia de las fuerzas telúricas... Esos son los grandes temas de las canciones y las obras de arte de Irlanda que beben de la mitología. Sus bosques y su exuberante naturaleza da pie al desarrollo de la imaginación y de leyendas muy ligadas al entorno natural.
LOS IMPRESCINDIBLES DE LA MALETA

Duende de San Patricio
Irlanda se merece una visita larga, una estancia duradera para conocer los rincones y recovecos de la isla, sus tradiciones y costumbres, festivales, cultura... Todo es interesante, pero desgraciadamente el visitante suele disponer de poco tiempo y por eso mismo hoy hemos optado por una corta visita de dos o tres días, asequible a cualquier bolsillo. 

Nuestra recomendación para hoy es visitar el Oeste de Irlanda, por ser más bello, más agreste, más puro y más auténtico. Y porque es lo que más me gustó a mi. Pero habrán más entradas referidas a Irlanda, visitaremos Dublín y Belfast y otros muchos lugares. 

Tiempo al tiempo, pero hoy nuestra recomendación es la siguiente:
  1. Los vuelos desde Valencia a Dublín son baratos. Ryanair, compañía irlandesa tiene vuelo directo que con tiempo te puede salir por 35 euros, aunque normalmente la media del precio de ida y vuelta a Dublín está en torno a ls 150 euros. El aeropuerto de Dublín está muy bien conectado con la ciudad y no muy alejado de la misma. Pero nosotros no nos quedaremos en Dublin (aunque si queréis hacer allí al menos una noche sería conveniente reservar hotel con antelación, pues es complicado encontrar algo si vas a la aventura.
  2. Para desplazarse por Irlanda, lo ideal es alquilar un coche. Es barato y te da mucha libertad. Tres días en un pequeño utilitario te salen por 40 euros y 90 euros una semana. Muy asequible. Para mi la mejor opción. Pero ¡Ojo! En Irlanda se conduce por la izquierda y el volante de los coches está en la derecha. Un poco de lío al principio, pero con un poco de esfuerzo, te acostumbras. Es lo mismo pero al revés. Y exceptuando la autopista que cogeremos para ir hasta Galway, el resto de carreteras que nos encontraremos en Irlanda son muy estrechas y con muros de piedras a los lados que de vez en cuando te hacen estremecer al creer que pasas demasiado pegado a los muros. Precaución.
  3. Para dormir, lo ideal es dejarse llevar y quedarse en el lugar que a uno más le guste. Hay infinidad de establecimientos de Bed and Breakfast que junto al buen trato y hospitalidad de sus gentes, te harán descubrir casas preciosas y lugares hermosos donde descansar. Mi consejo es dejarse llevar a pesar de que alguna vez puedas tener alguna dificultad para encontrar alojamiento. En Galway por ejemplo, hay una residencia universitaria que acoge a todo el que quiera por muy, pero que muy poco dinero. 
Y vamos ya con nuestro ranking de visitas imprescindibles:

NÚMERO CINCO

Pub de Pat Cohan en Cong
Vamos a empezar por un pueblo típico del oeste de Irlanda, tranquilo, rodeado de verde, con su río, sus suaves colinas, su histórico monasterio, sus casas típicas, sus pubs... Y si hay un pueblo que representa el más puro estilo de vida irlandés es el que eligió John Ford para una de sus más famosas películas "The Quiet Man" ganadora de dos Oscars de la Academia. En la película el pueblo se llama Innisfree, pero su nombre real es Cong, en el condado de Mayo.

  • A pocos metros de la entrada del pueblo, en la curva anterior nos encontraremos con un lugar donde es imprescindible detenerse. Es el castillo de Ashford, antigua residencia de la familia Guinness (les suena ese apellido). Hoy en día es un hotel de lujo, pero admite la entrada a la cafetería y tomarse allí un cafetito, es un placer para los sentidos, por el edificio, por los jardines, por el entorno... Por todo. 
Casita de pescadores de Cong
  • Ya en el pueblo y tras dejar en coche en el parking que hay en la misma entrada, atravesamos el puente de piedra que da acceso a la localidad y nos adentramos en él. Lo primero que vemos es el pub de Pat Cohan, celebre por la película, repleto de fotos que hacen las delicias de los amantes del cine, decorado con mimo conservando la tradición y lo más importante, con una cerveza negra que quita el sentido. Acodarse en la misma barra que John Wayne, tiene su encanto.
  • Pero sin duda, lo más bonito de Cong es su abadía. Aunque está medio en ruinas posee un cementerio muy particular donde podemos observar otro de los símbolos de Irlanda, la cruz celta, que combinada con la cruz católica, está por todas partes. Todas las familias del pueblo tienen sus panteones en la abadía y es un lugar precioso, tranquilo y para nada siniestro. Otra de las cosas destacables es el claustro, casi derruido en su totalidad pero que aún conserva elementos distintivos. Una fantástica foto. Y todo ello rodeado por un bosque frondoso de árboles de hoja caduca, un río maravilloso, árboles milenarios que desprenden magia y que parecen susurrarte sonidos de hadas, troles y gnomos. En mitad del río una pequeña casita de pescadores construida por los monjes hace más de 500 años, es uno de los más bellos rincones de Irlanda y del mundo entero que han disfrutado mis sentidos. Un largo paseo que jamás podréis olvidar.
Cong
  • Al salir de la Abadía nos topamos de nuevo con la famosa película, una peli que recoge estupendamente las costumbres de los irlandeses y sobretodo su carácter. Tal vez el hecho de que sea una de las películas favoritas de mi padre y de que la haya visto en una vieja cinta de VHS alrededor de cuarenta veces me haga ser poco imparcial, pero es una película imprescindible que hay que ver si o sí al menos una vez en la vida. Tal vez la noche de antes de la visita sea un buen momento. está disponible en internet de múltiples y gratuitas formas. Pero al grano: al salir te topas con una estatua de bronce tamaño natural en la que John Wayne sostiene en brazos a Mauren O'Hara, los dos protagonistas de "Un hombre tranquilo". Cruzando el puente y junto al río en el que el hermano de la protagonista y John Wayne se hinchan a puñetazos en una de las más nobles peleas de la historia del cine por el amor de su pelirroja hermana, está la casa más famosa y típica del pueblo, hoy un pequeño museo rápido y curioso de ver. Volver al pub de Pat Cohan a tomar otra pinta siempre es buena idea y pernoctar en el pueblo, un privilegio asequible gracias a los B&B que existen. Un lugar mágico y maravilloso del que me enamoré perdidamente para siempre.
NÚMERO CUATRO

La ciudad más importante del oeste de Irlanda es Galway. Con 75.000 habitantes y dos universidades es la tercera ciudad de Irlanda y una de las más dinámicas y divertidas.

Quay Street
Es una ciudad abierta al mar, antiguo puerto pesquero que se convirtió en ruta imprescindible para aquellos que quería partir en ruta comercial hacia el Nuevo Mundo. De hecho, la ruta de los diferentes licores que aquí se producían o en el resto del país y que se redistribuían o bien hacia América o bien hacia el resto de Europa, hizo que Galway se convirtiera en una ciudad que estableció la costumbre de juntarse a beber y a cantar tras una dura jornada de trabajo junto al Spanish Arc. Allí, los pillastres que sustraían alguno de los toneles repletos de licor, lo compartían con sus compinches y amistades, lo que solía derivar en una animada tarde que los efluvios etílicos hacían elevar a alturas de francachela.

The Quays, uno de los más ilustres pubs de Galway
Galway posee también dos catedrales, la católica y la protestante, ambas dedicadas al culto al mismo santo protector de la ciudad: San Nicolás. Pero todo lo importante y bonito de Galway está concentrado en un kilómetro, la distancia de la calle peatonal que tiene varios nombres pero que todos conocen como Shop Street.

Desde el Arco de los Españoles junto al puerto, anteriormente citado y hoy convertido en una cafetería, hasta el final de la calle, podremos encontrar todas las tiendas importantes de la ciudad y lo que es más propio de Galway, todos sus pubs que suelen ofrecer a diario música en directo. 

Recomendamos iniciar el paseo por dicha calle pronto, a la caída de la tarde y lo primero es comer algo para que el estómago no sufra mucho ante la orgía de cerveza negra y buen whisky que se nos avecina durante la velada. Hay un establecimiento muy económico que ofrece el típico fish and cheaps, que es altamente recomendable.

El mar visto desde Galway

Una de las más conocidas
canciones de Irlanda
Los pubs más conocidos son The Quays (una antigua iglesia reconvertida), Kings Head (ubicado en la casa que según la leyenda era propiedad del verdugo del rey inglés Carlos I) The Crane (con repletas paredes de utensilios típicos de las labores de la tierra y el mar del lugar) y otros muchos más que os invitamos a descubrir por vosotros mismos. Mi favorito, The Quays por el entorno, la música y por lo bien que allí me lo pasé. Pero dejaos llevar por el ambiente e id probando por vosotros mismos. A veces, el lugar más inesperado te depara los momentos más esperados. Dejaos llevar por lo que ellos llaman el Craic, es decir, la música poco virtuosa en cuanto a su ejecución pero a la que todo el mundo se puede sumar cantando e incluso tocando al estilo Jam Sesion (todo buen irlandés se precia de tocar algún instrumento musical, aunque sea su propia voz) con la única finalidad de divertirse. Eso es Craic.

Escucharas canciones como Wild Rover, un himno para los irlandeses que todos conocen, Molly Mallone, aunque es más típica de Dublín, Wiskey in the jar, Moonshiner y otras muchas.

Irlanda en estado puro.

NÚMERO TRES

Por la mañana y superada la resaca del día anterior, podemos iniciar una excursión hacia el lugar más famoso y conocido de Irlanda, los acantilados y el salvaje mar. Por una carretera típica como la anteriormente citada, estrecha y repleta de muros laterales, vacas y ovejas por doquier, nos encontraremos con uno de los castillos más conocidos de Innisfree, no por ello el más grande ni el más espectacular, pero si uno de los más significativos.  Nos referimos al castillo de Dunguaire.



Está ubicado en un privilegiado entorno, junto a una bahía de aguas que van y vienen dependiendo de las mareas y que aíslan al castillo en marea alta ayudándole en su defensa. el entorno es precioso.

El castillo, bastante bien conservado y que ofrece en verano cenas medievales con espectáculo poético y musical incluido, fue construido en el siglo XVII y posee una torre de 23 metros de altura. Un coqueto patio de armas y una alta y robusta muralla la circunda. 


Y como todo buen castillo posee su leyenda: cuentan que el señor de aquel lugar era muy generoso con las limosnas y el trato con los mendigos. Al fallecer, los vagabundos del entorno quedaron desolados porque se habían quedado sin la ayuda de su señor y un de ellos acudió a rezar ante su tumba. Allí en vol alta le preguntó que iba a ser de ellos sin su ayuda. Ante la estupor y alegría del mendigo, una mano esquelético surgió de la tumba y arrojó varias monedas de oro al mendigo. Desde entonces se dice que si formulas cualquier pregunta ante la puerta del castillo, antes de que acabe la jornada hallarás la respuesta a tu duda. ¿Realidad o leyenda?


NÚMERO 2

Las islas de la costa del oeste de Irlanda son agrestes y con unas condiciones climáticas muy duras. Azotadas durante siglos por la fuerza del viento y del océano, son un maravilloso lugar por su espíritu salvaje. Aunque según mi modesta opinión, bonitas de visitar pero muy difíciles para vivir en ellas.

Destacaremos dos de ellas, aunque hay muchas más y casi todas están conectadas por Ferry con precios asequibles que rondan los 20 euros.

Paisaje de la isla grande de Aran
  1. El primer grupo de islas visibles desde la costa son las Islas de Aran (la grande, la mediana y la pequeña) Sus habitantes han luchado contra la naturaleza por su supervivencia y han creado un paisaje de pequeñas parcelas de cultivo hechas de rocas machacada, algas, piedras de contención y arena que marcan la visión de su paisaje. También el mar es una fuente de sustento imprescindible al que se han lanzado sus habitantes con unas pequeñas barcas de pesca llamadas carraghs. En algunas ocasiones se puede observar en sus costas grupos de focas, delfines y alguna que otra ballena. Un espectáculo de la naturaleza sin parangón. La isla mayor, Innismore es más visitada y se ha convertido en un reducto de la cultura celta. La mayor parte de sus habitantes aún hablan en el idioma gaélico. Se ha convertido en un reducto, en un lugar de peregrinación y conservación para los amantes de dicha cultura. Insomne posee un bien cultural único, la fortaleza de Dun Aonghasa, de la edad del Hierro  con más de 2000 años de antigüedad. De forma semicircular, con multitud de dólmenes clavados a la tierra y ubicada en lo alto de un acantilado de más de 100 metros de altura que lo convierte en un lugar mágico, majestuoso, imprescindible.
  2. La segunda isla que recomendamos ha saltado a la fama hace muy poco tiempo por el hecho de ser escenario de la grabación de la última escena del Episodio VII de Star Wars. Nos referimos a la isla de Skellig Michael, lugar donde se ubicaron hace cientos de años una comunidad de monjes ascetas que construyeron en lo alto de la escarpada isla, con acantilados de más de 218 metros de altura, un poblado con unas cabañas en forma de colmena a la que se accede por una escalera de más de 600 escalones excavados en la roca. Un lugar, espectacular.
Skilling Michael Island

NUMERO UNO

The Cliffs of Moher, los acantilados de Moher, los más famosos y visitados de Irlanda. un lugar que a nadie defraudará. Es una de las siete maravillas naturales del mundo declaradas por la UNESCO y, doy fe, que la Unesco para esto tiene buen ojo.


¡Cuidado!

Unos acantilados de 8 km. de extensión y alturas de hasta 214 metros (lugar donde se ubica la torre vigía de O'Brien). Un paraje donde el mar y la tierra se funden en una danza furiosa, pero hermosa. Un lugar que te transmite paz y que te impresiona.

Se puede visitar de dos formas:

  • Desde abajo, por mar, con unos barcos que salen desde un cercano puerto y que te permite observar la fauna marina, su espectacular altura, las colonias de pájaros que en sus paredes anidan, las rocas que el tiempo y la erosión han ido desgajando de la tierra y que permanecen impertérritos esperando una nueva ola que los vaya desgastando poco a poco.

La torre O'Brian a 214 metros de altura
  • Desde arriba, aparcando en el parking del centro de interpretación y circulando según las indicaciones del personal y de los carteles, en un agradable paseo a pie (bueno agradable depende del tiempo que haga ese día, aunque nosotros tuvimos suerte) por 750 metros de escalofriantes senderos al norde mismo del precipicio. No recomendable a aquellos que tengan vértigo. De todos modos vayan con mucho cuidado. Es peligroso si se salen de los senderos establecidos en busca de una foto. No es necesario arriesgarse porque el entorno ya de por si es impresionante. 


Y un último consejo para visitar los acantilados: vayan por la mañana si quieren observar sin que el sol les ciegue la belleza natural y las vistas al mar, o bien, vayan al atardecer para contemplar una de las puestas de sol más mágicas que nunca hayan observado. Ustedes eligen. Sea como fuere, la huella indeleble y el recuerdo imborrable quedará para siempre en su corazón y en su mente.




Hay mucho más que ver en Irlanda, pero eso será en otra ocasión. Espero que hayan disfrutado de nuestro viajes de hoy. Saludos.


Cliffs of Moher, patrimonio natural de la Humanidad.

Volveremos a Innisfree, recorreremos de nuevo la Isla Esmeralda, degustaremos muchas más pintas y entonaremos viejas canciones a voz en grito entremezclados en algún pub. 

Pub The Quays

                    Hasta la próxima. No dejen de soñar. 


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